Ya hemos hablado sobre aquello que llamamos depresión y algunos de los factores que la afectan. Del mismo modo en que aclaramos que cada persona va a experimentar diversas características bajo el mismo nombre de “depresión”, las formas de tratamiento no son generales, es decir, no hay pasos previamente determinados sobre qué hacer.
Para cada persona tiene que existir un tratamiento individualizado y adaptado exclusivamente a su situación. La psicología es distinta de la medicina, no podemos prescribir un medicamento bajo las mismas reglas para todos, puesto que los factores ambientales y la historia de la persona es única. A pesar de ello, pueden existir algunas recomendaciones generales.
En lo que concierne a la terapia, primero nos basamos en conocer la raíz del problema, saber qué factores son los que están influyendo para no estar funcionando como habitualmente lo hacemos. Se empezará un tratamiento encaminado a la acción y solución. No dudes en solicitar ayuda, queremos acercarnos a ti. Visítanos y decídete a cambiar los hábitos que no te están funcionando. Por el momento dejaremos algunas claves que pueden ayudarte:
Lo primero que debes hacer es identificar el o los problemas, de esa forma puedes actuar. Evadirlos no es la solución. Trata de reconocer si tu situación se debe a un problema en la familia, el trabajo, la escuela o personal; al saberlo, podrás poner manos a la obra y desarrollarás estrategias de solución.
Actívate, genera nuevas tareas.
Es importante hacer algo, mantenerte ocupado, organizar el tiempo variando actividades. Aprende algo distinto: sal a correr, aprende a bailar, o inscríbete en algún curso. Redescubre nuevas aficiones; la clave está en romper el control de aquello que te ha estado dominando. Genera una agenda con las nuevas ideas, y por favor, que no solo se quede en el intento ¡hazlo! Aquí aplica la frase “aprende a ser disciplinado, pues no siempre estarás motivado”.
Intenta controlar y modificar tu percepción desequilibrada o negativa.
Identifica los pensamientos negativos, así podrás aprender a sustituirlos por otros de carácter lógico y positivo.
Exprésate.
Sí, da a conocer tu forma de pensar y sentir. Expresa tus opiniones y desacuerdos, pero de forma asertiva. Sin duda, desarrollar habilidades sociales podrá ayudarte, mantente en contacto con tus círculos afectivos familia, amigos.
A menudo somo nosotros mismos quienes nos limitamos, todos tenemos derecho a disfrutar de una vida plena. Empieza desde hoy a cambiar, mejorar, aprender y buscar un mayor equilibrio psicológico. Acércate con nosotros, queremos ayudarte.