En el artículo anterior se expusieron algunas características sobre lo que podríamos definir como depresión. Ahora abordaremos un tema que está ligado, se trata del clima ¿será cierto que el clima afecta nuestro estado de ánimo?
Muchos de nosotros hemos visto y oído decir que cuando el día está nublado, lluvioso o hace frío a algunas personas no les apetece hacer cosas, o están poco dispuestas a realizar las actividades que tienen programadas durante el día, su energía no es la misma que en un día soleado.
El clima afecta, innegablemente, la salud humana física. Se ha demostrado que las manifestaciones, variantes o extremas de calor, frío, humedad y presión atmosférica, tienen efectos en el organismo y en el ánimo de los seres humanos, efectos que no siempre pueden ser regulados (Garibay y Bifani, 2012).
En algunos sitios o páginas suelen llamar a esto “depresión estacional”, nuestra labor no es otorgarle un nombre a lo que te sucede ni mucho menos decir si es cierto o falso. Más allá de eso nos concentramos en qué entiendas el por qué de tu comportamiento.
Si bien es cierto que hay factores medio ambientales que pueden hacer más o menos probable que nos comportemos de cierta manera, estos factores van desde un lugar físico, un estado biológico, un objeto e incluso el clima. Estos factores son llamados “disposicionales” ¿qué quiere decir eso? que su función es aumentar o disminuir la probabilidad de sentirnos tristes o con falta de motivación.
Por ejemplo, cuando visitamos un museo nuestro comportamiento se adapta al entorno; guardamos silencio o hablamos bajo, caminamos despacio, etc., a diferencia de estar en una fiesta donde reímos, hablamos y cantamos. Es evidente que el lugar predispone nuestra manera de comportarnos. Algo similar ocurre con el clima; para algunos de nosotros puede ser un factor que aumenta la probabilidad de que estemos tristes, no queramos salir de casa, poco interés por realizar nuestras actividades. Este mismo factor medio ambiental, de un día nublado, lluvioso o frío no representa el mismo papel en otro individuo. Recalcamos la singularidad de cada persona, en cada uno hay distintos elementos que intervienen.
El clima te predispone pero no lo causa
Por otra parte, no podemos atribuir de manera única que el clima sea el causante de nuestro problema, no es la razón de modo parcial. Es muy probable que estén otros elementos en juego, quizá estemos atravesando por un problema en el trabajo, en la familia, y nuestra capacidad para resolverlo se ve limitada, ahora si sumamos el factor “clima” se agudizará más lo que conocemos como “depresión”.
Puede ser que un día nublado, lluvioso y frío manifestemos de nosotros lo peor, ya sea que nuestra actitud sea apática, desinteresada, etc. Puede ser que la duración de estas características se limite al tiempo en que dura el clima o quizá se prologue dependiendo cuales serán nuestras estrategias de activación.
De la misma manera que los días fríos modifican nuestro comportamiento y estado de ánimo, lo mismo ocurre con los días soleados de intenso calor, podemos estar más irritables, estemos de mal humor o nuestra manera de contestar sea brusca.
Hemos analizado que existen muchos factores involucrados en el problema y no hay causas únicas, pero si consideras que algo no anda bien contigo, que no estás funcionando como lo acostumbrabas te invitamos a que asistas a una sesión con nosotros para que aclares tus dudas y aprendas más sobre el tema.